La esencia del iPhone, a juicio el 9 de Septiembre

Todo el mundo sabe a estas alturas que el iPhone se presentará el 9 de Septiembre con un rediseño, nuevas especificaciones, iOS 8 de la mano y lo más importante, estrenará una pantalla de 4.7 pulgadas que le pondrá a la altura de los mejores smartphones androides, será uno más. Debemos remontarnos años atrás, cuando el iPhone reinaba sin oposición y los terminales Androids, empezando por Samsung, comenzaron a hacer crecer su dispositivo viendo las múltiples aplicaciones que esto podía tener y sobre todo, ser distintos del teléfono de la manzana.

Ojo, era algo arriesgado, en ese momento la pantalla del iPhone ya se consideraba bastante grande y aumentar la diagonal podía haber supuesto pérdidas millonarias y la posición en el mercado. Pero los usuarios eligieron y comenzaron a sucederse terminales por encima de las 4 pulgadas, al principio muy levemente y ya con descaro, incluso por encima de las 5, otra vez Samsung.

Años después vemos esta gran revolución con perspectiva, los dispositivos se han convertido en navajas suizas de perfecto funcionamiento. En lo que atañe a Android, en España posee alrededor del 90% de los usuarios, en otros países de Europa sigue siendo también muy alto y al final estoy influye en todo el mercado. Cada vez existe una dependencia mayor de pantalla más grandes gracias al contenido multimedia que tenemos en internet y que en una pantalla menor se desaprovecharía completamente.

El iPhone nació en 2007 precisamente con las palabras de Jobs: «An iPod, a Phone and an internet comunicator, All in one device«. Es decir, lo que es cada smartphone que conocemos hoy en dia y es que el empuje de Apple es innegable y ha contrubuido a que cada terminal que tenemos en nuestras manos tenga parte de esa esencia con la que nació el dispositivo de la manzana.

Sin embargo, con el paso del tiempo se ha tenido que ir cambiado la hoja de ruta ya que los adversarios han crecido mucho y se han tomado enserio lo de hacer buenos dispositivos, con lo cual Apple debía reaccionar. Así nace el iPhone 5, perfecto para los fanboys, a medio camino para los que demandaban una pantalla más grande. Personalmente el tamaño de este gadget me parece casi perfecto, comodidad extrema dado su tamaño y una pantalla perfectamente válida para usar a una mano. Esa es la verdadera esencia del iPhone, el problema viene cuando para un usuario determinado no son estas sus prioridades, sino batería, pantalla para aprovechar el contenido multimedia o versatilidad para según que tareas.

Con ese propósito nacerá el iPhone 6, que penalizará la experiencia en el terminal para satisfacer a aquellos que quieren un smartphone más grande, lo cual resulta algo extraño, pero lógico viendo lo volátil del mercado. Personalmente difiero con la idea de sacar al mercado algo tan grande como pudiera ser el posible iPhone de 5.5 pulgadas, el de 4.7 es posible, pero ya no sería el diferente, sería uno más, el iPhone dejaría de ser tan distinto. Esto haría aún más difícil una decisión que antaño, para mi, sería más fácil ya que por todas sus características era el elegido.

Al final hay muchas variables en esto de la telefonía móvil y las tendencias cambian rápidamente con el tiempo pero parece que estos tamaños de pantalla han venido para quedarse y se van a convertir en el estándar predominante. De hecho con el paso de Apple hacia delante y la posible salida de un iWatch, parece que todo se encamina a un futuro con dispositivos grandes, comandados desde nuestra muñeca para no tener que sacarlos a cada instante. Es curioso, es un símil de la alianza iPhone/iPad que ha habido hasta ahora, salvo por los tamaños. El reloj se convertirá en el nuevo smartphone y éste en el nuevo tablet.

La esencia del iPhone de Jobs no iba a durar para siempre, pero es una lástima que se vaya tan pronto.