Pantalla Retina y la batalla por la densidad de pixels

  • La pantalla Retina presentada por Apple en 2010 supuso el pistoletazo de salida a las resoluciones y capacidades de los paneles existentes hoy en día.

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Hace unos días se cumplieron 4 años de la presentación del iPhone 4 por parte de Apple. Aquel día, presentado por Steve Jobs, la compañía nos mostraría el dispositivo que cambiaría el rumbo de nuestros smartphones y un verdadero salto evolutivo con respecto a anteriores generaciones de este teléfono móvil. Por múltiples razones, el iPhone 4 pasará a la historia, pero quizá la más importante de ellas fue el desafío que supuso para las demás compañías.

Ese ha sido el momento de mayor distancia entre Cupertino y el resto de competidores desde el año 2007. Y aunque el dispositivo presentado en 201o era más rápido que los demás, con una cámara superior y una buena autonomía, no era eso lo que supuso la verdadera revolución sino algo con mucha más repercusión y sobre todo, con capacidad para atraer a numerosos usuarios: la pantalla Retina.

Retina

La pantalla Retina del iPhone 4 presentaba una resolución de 960×640 px con un tamaño de 3.5 pulgadas, lo que daba una resolución de 326 ppi o pixeles por pulgada. Apple denominaba Retina a toda aquella pantalla que estuviera por encima de 300 ppi, considerando estos como el límite de la capacidad del ojo para observar puntos en la pantalla, algo que posteriormente ha sido demostrado que no es así. Ni siquiera eran los números más espectaculares del momento puesto que ese honor lo ostentaba el Sony Ericsson X1 con resolución de 800×480 y un tamaño más contenido y por lo tanto una densidad de pixels superior al teléfono de Apple. Sin embargo la pantalla Retina supuso el fin de los dispositivos con paneles resistivos y el comienzo de una etapa donde la tecnología multitáctil y capacitiva se impondrían de manera absoluta.

El primer damnificado fué Nokia, la compañía finlandesa seguía anquilosada en las pantallas resistivas y un sistema operativo que junto con su testarudez acabó enterrando su imagen de marca y desplomando sus ventas.  El contraste, la capacidad de reproducir los colores fieles a la realidad y brillo de la pantalla Retina no tuvo adversario hasta pasados unos años, incluso ya hay pantallas que se pueden considerar superiores. En 2012 se presentó el Galaxy S3 y el HTC One M7, cuyas densidades si que se situaban en el rango de lo que Apple tenía hasta ese momento con su iPhone 4S con unos tamaños de pantalla muy superiores en el caso de los terminales Android.

iPhone 5S vs M8

Pero sin duda el punto de inflexión lo encontramos en 2013. Desde la sede de Infinite Loop confiaban en su apuesta de 4 pulgadas y una resolución que no subiría en su ancho pero si en su alto, dando así un ratio de pantalla de 16:9. Sin duda fue un movimiento lógico si tenemos en cuenta que Apple tiene como eje de su ecosistema los desarrolladores, pero sin duda es un retraso con respecto a una competencia que va a tener que subsanar con la salida del iPhone 6. Compañías como HTC presentaron una pantalla SuperLCD 3 en su nuevo One M7  que no solo rebasaba los 326 ppi sino que además tenía una calibración de color y un brillo excelentes.

La importancia de los ppi es relativa, puesto que entran en juego otros muchos factores.

La presentación del iPhone 5S no consiguió apaciguar las voces que pedían una mejor pantalla para la siguiente versión del dispositivo de la manzana. Solo un mes antes de esa presentación, Samsung presentó el Galaxy Note 3, un dispositivo con pantalla de 5.7 pulgadas y panel SuperAmoled Full HD que superó las deficiencias de pantallas presentadas anteriormente en los flagships coreanos pese a continuar con la matriz Pentile y su compatriota LG con su apuesta por las IPS en su G2 también dejaba en un lugar un tanto complicado a Apple.

2014 no ha supuesto ni un ápice de respiro para los californianos. Fabricantes como Samsung han conseguido pantallas excelentes en su Galaxy S5, que aunque mantenga su resolución en Full HD, su brillo, contraste y matriz ha mejorado de manera notoria.  LG si que ha optado por un panel que se convertirá en un estándar de la próxima generación Android, con 2K y densidad por encima de los 500 puntos por pulgada que nos hace reflexionar si estamos llegando a un punto de estancamiento en la tecnología, puesto que es bastante discutible integrar ese tipo de resoluciones en un terminal de 5.5 pulgadas ya que apenas vamos a notar diferencias en la calidad pero si va a repercutir en nuestra batería.

A Apple le toca mover ficha y decidir. Quizá no deba subirse al carro de las densidades de pantalla de Android pero si pensamos en un iPhone 6 de 4.7 pulgadas, podría ser una locura presentar una resolución por debajo de 1080p.

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Miguel G.

Delineante. Estudiante de la UGR. Geek y blogger por vocación. Me podéis leer en mi Twitter @chemicracia. Devorador de información, extensión de mi iPhone y amante en secreto de un Moto G.

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